Estudio: baños de barro y su efecto antiedad en la fibromialgia

Los baños de barro se utilizan desde hace mucho tiempo como terapia médica contra el dolor crónico. Los minerales contenidos en el agua termal reducen la capacidad calorífica específica del agua, lo que conduce a un calentamiento más eficaz de la temperatura central del cuerpo. Esto puede tener efectos analgésicos en afecciones como la artritis reumatoide, el dolor de espalda, la ciática y la fibromialgia.

En un estudio realizado por el Hospital Beppu de la Universidad de Kyushu, se investigaron los efectos biológicos de los baños de barro en la fibromialgia, además de la reducción del dolor. Siete pacientes con fibromialgia en tratamiento hospitalario tomaron cada día un baño de barro de 10 minutos a 40 °C durante un mes.

Al final del estudio, los participantes informaron de una reducción media del dolor a una cuarta parte del nivel original. Además, se observaron cambios positivos en los valores sanguíneos: una reducción de los niveles séricos de triglicéridos y proteína C reactiva, así como un aumento de los glóbulos rojos, los niveles séricos de albúmina y el colesterol LDL en comparación con los pacientes sin baños de barro. Esto indica que los baños de barro inhiben la inflamación, contrarrestan la degradación muscular y mejoran el estado nutricional.

Cabe destacar el análisis de la longitud de los telómeros de los leucocitos circulantes. Se encontró una correlación entre la reducción de la degradación de los telómeros y la mejora de los niveles de hemoglobina y albúmina sérica. Esto podría indicar que los baños de turba prolongan la vida útil de los leucocitos y, por tanto, favorecen potencialmente los procesos regenerativos del organismo.